Administracion de Tesoros
Estimado parroquiano de OLMC:
Jesús dijo que el mandamiento más grande era amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y
amarás al prójimo como a ti mismo.
Cuando era niño, un sacerdote llamado P. Emery Tang estaba dando una misión en nuestra parroquia. Él nos pidió que pensáramos en los diferentes significados de la palabra amor. Luego nos ofreció su propia definición: “Amar es dar”.
Jesús mostró su amor por nosotros dándose a sí mismo completamente, cansándose hasta el exceso durante su ministerio público y finalmente dando su propia vida. “Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos” (Jn 15,13).
Jesús dice muchas parábolas en las que los administradores son los protagonistas. Un administrador es un sirviente al que su amo le otorga ciertas responsabilidades, autoridades y bienes materiales. Un buen administrador es aquel que usa lo que se le ha confiado para hacer crecer la riqueza y promover los intereses de su amo.
Una buena administración es el cuidado sabio y generoso, desarrollando y el compartiendo el tiempo, talento y tesoro que Dios da para promover el Reino de Dios. Nuestra fe nos enseña que todo lo que tenemos es un don de Dios, y que Dios nos pide que a cambio contribuyamos ayudando a la Iglesia y a los pobres.
¿Cuánto de mi tesoro debería de dar? En el Antiguo Testamento, se consideraba que la parte que le correspondía a Dios era el 10% del ingreso de la persona. Muchos cristianos protestantes lo hacen hasta nuestros días. La Iglesia Católica no especifica que se tenga que dar una cierta porción del ingreso. Pero Jesús alaba a la viuda pobre que daba todo lo que ella tenía. No creo que Él estaba esperando que todos dieran todo lo que tenían (aunque algunos son llamados a esta generosidad radical). El punto es que si damos
solamente del exceso no es realmente un sacrificio, y los verdaderos sacrificios son los que agradan a Dios. La madre Teresa diría: “da hasta que te duela”.
En general, yo creo que el diezmo (10%) es una buena regla a seguir, donde un 5% se dona a la parroquia y el otro 5% se dona a otras caridades. Pero también entiendo que la situación de cada persona es diferente. En promedio, los católicos donan solamente del 1 al 2% de sus ingresos. Si usted es uno de ellos, haz un compromiso de dar un porciento adicional por un periodo de tiempo. Después
de este tiempo determine si en verdad extraña tanto esa cantidad. Quizá se dé cuenta de que la alegría que siente al donar un poco más vale la pena. Entonces incremente otro porciento y así en adelante.
En términos de cómo donar, recomendamos que use nuestra plataforma segura de donaciones en línea. Pedimos que lo haga tanto para las Ofrendas dominicales como para las donaciones para el Fondo de Construcción. Las Ofrendas dominicales cubren todos los gastos operativos de la parroquia: pagos del clero, de coordinadores de ministerios laicos, de músicos, del personal administrativo y de mantenimiento, jardinería, limpieza, materiales y equipo de oficina, etc. Aunque tenemos muchos voluntarios, el empleo de profesionales entrenados es necesario para ofrecer un ministerio de alta calidad. El Fondo de Construcción es para las reparaciones mayores y futuros proyectos de construcción (que se han retrasado debido al COVID).
El Concilio Financiero de la parroquia, compuesto de miembros de la parroquia comprometidos y con experiencias variadas, asegura que el dinero se utilizado apropiadamente. Puede ver el último reporte financiero aquí. La Diócesis nos hace una auditoría cada tres años y recibimos excelentes calificaciones en la última.
Existen otras maneras de donar del tesoro a la parroquia, incluyendo acciones y bonos (stocks y bonds), legados y donaciones de empleados igualados por la empresa. Más información sobre esto aquí.
Mantengo la esperanza de que considerará unirse a los muchos miembros generosos de la parroquia que hacen posible que podamos cumplir con la misión de Jesucristo en ese pedazo del viñedo del Señor. “Dios, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de ustedes, por medio de Cristo Jesús” (Fil 4,19).
En Cristo.
P. Anthony