Cómo Vivir la Misa en Línea?

chalice-1591668_1920.jpeg

Ante la situación que estamos viviendo donde todos los servicios religiosos han sido suspendidos, nosotros creemos que los católicos nos podemos beneficiar participando, entre otras cosas, en las transmisiones en vivo de la Santa Misa. De manera especial las transmitidas desde nuestra propia iglesia. Aunque la Misa por Internet no es lo mismo que la participación en la celebración de la liturgia de la Iglesia, de todas maneras nos da la oportunidad de mantenernos unidos con nuestra comunidad parroquial, de escuchar la Palabra de Dios y en motivarnos a expresar alabanza y acción de gracias a Dios Todopoderoso.

Hay una gran diferencia entre ir a la iglesia y celebrar la Misa y el verla en una computadora, tableta, celular o televisión. Obviamente le falta ese sentido de participación con el resto del Pueblo de Dios. Vale la pena entonces preguntarnos ¿cómo puedo darle vida, encarnar, esas celebraciones litúrgicas en mi hogar?

El primer paso consiste en tomar este tiempo muy en serio. No es un evento más, un programa de televisión más, un entretenimiento más. Es la celebración más importante, la oración más plena que tenemos como católicos. Es la celebración de un misterio. Empecemos entonces por apagar nuestros teléfonos o celulares; eliminemos cualquier distracción y concentrémonos completamente en la Santa Misa. Por ningún motivo tratar de compartir este tiempo con otras actividades ordinarias. No hagamos nada que no haríamos si estuviéramos de verdad en la iglesia.

Luego creando un ambiente, una atmósfera de iglesia en el hogar: encendiendo velas (aunque sean de baterías), poniendo un crucifijo y una Biblia en una mesa. Se puede también tener una imagen de un santo o una santa, o de la Virgen María.

Después de tener todo preparado, tomar un poco de tiempo antes de que empiece la ceremonia para estar en silencio y recogimiento, poniéndonos en la presencia de Dios y entregándonos en cuerpo y alma a Él.

También tenemos que seguirla con nuestros propios cuerpos: siguiendo todas las posturas acostumbradas durante la misa. Diciendo en voz altas las respuestas que nos corresponden. Cantando con el coro los himnos que nos sepamos, especialmente las aclamaciones y la respuesta al Salmo Responsorial. Sentirnos y participar unidos con los hermanosque la están celebrando en la iglesia… y unidos también con el mundo entero.


Posiciones durante la Misa:

  • De pie con el Canto de Entrada

  • Sentados para escuchar la Palabra de Dios

  • De pie con el Aleluya

  • Sentados para la homilía

  • De pie para el Creo y las Oraciones de los Fieles

  • Sentados mientras se prepara el altar

  • De pie para la Oración sobre las ofrendas

  • Hincados o de pie durante la oración eucarística,

  • De pie para el Padrenuestro y el rito de Comunión

  • Sentados para la Comunión Espiritual, y finalmente, 

  • De pie para la bendición final y despedida.


Los Padres de la Iglesia enseñaban que Jesucristo estaba realmente tan presente en el Sagrado Sacramento como en Su Palabra. Esta es una oportunidad para poner esto en práctica de nuevo, especialmente ahora que no podemos ir a la iglesia para experimentar Su Presencia en el Santísimo Sacramento.

También consideremos que el no poder asistir físicamente a la Misa nos une en solidaridad, en la experiencia de todos los que alrededor del mundo tampoco pueden asistir a Misa: ya sea por la pandemia, por lo lejos que viven de una iglesia, por la falta de sacerdotes, o por los riesgos que correrían si trataran de ir a la iglesia.

 

Comunión Espiritual

Es cuando, por algún motivo fuera de mi control, no puedo recibir la comunión en ese momento y deseo participar espiritualmente en ella. En oración entonces le pedimos a Dios que Jesucristo venga a nuestras vidas, le pedimos nos llene de la gracia que siempre necesitamos para alimentar y fortalecernuestras almas. Le pedimos lo recibamos espiritualmente, pero también verdaderamente, aunque no podamos recibirlo físicamente en esos momentos.

Esta oración de Comunión Espiritual es atribuida a Santo Tomás de Aquino:


Creo, Jesús mío, que estás real
y verdaderamente en el cielo
y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas
y deseo fervientemente recibirte
dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo
ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.


Y como si ya te hubiese recibido,
te abrazo y me uno del todo a Ti.

Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.

Amén